Amanece temprano y salgo a la calle preparado para empezar una nueva jornada de trabajo y me invade un olor agradable a pan de pueblo caliente, movimiento de los agricultores preparándose para recoger la aceituna negra que luego nos deleitará con nuestro oro amarillo… nuestra aceite de oliva,.
Sigo paseando por la calle de la iglesia y me vienen olores a chamusquina de los comienzos de la matanza, donde se mezclan los olores a pimientos fritos y sofrito de ajos, a la vez que se oye remover el caldero para las migas, olores a leña, al licor de anís para calentar la mañana el cuerpo
Es tiempo de cocina en la chimenea, de aliños de las aceitunas verdes para hacerlas machadas y las negras para hacerlas rayadas, llueve…pero también hay una niebla espesa, los campos se inundan del rocío temprano, aflorando setas de multitud de colores y sabores, los días se llenan de fragancias y ambrosías gastronómicas, de nuestra cocina extremeña
A lo lejos, veo a un grupo de mujeres con el delental puesto y cargadas con los baños debajo de sus fuertes y doloridos brazos, llenos de los aperos para adentrarse en la tahona y hacer a lo largo de la mañana boyas de chicharrón, perrunillas, roscas fritas y mantecados de azúcar y canela, de fondo se escuchan los niños que van en grupos para ir al colegio, muy alegres por las fiestas venideras que se acercan, los cafés de pucheros huelen por todos sitios y su olor a pan tostado en las brasas de leña para luego deleitarlos con nuestro fabuloso caldillo o pringue colorá, los campos ya están verdes con estas últimas lluvias, la furgoneta pita con gran estruendo y gritando…PICÓN…PICÓN, salen las abuelas a la puerta de la calle encendiendo los braseros de picón de encina, para calentar la casa, costumbres, fragancias, olores,….tiempo de vivir,…
CARPE DIEM amigos y amigas

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