La tecnoadicción es un fenómeno en auge y muy negativo que aparece en muchas personas que utilizan permanentemente la tecnología. En esta conducta destaca la adicción a Internet a través de aparatos como PC, móviles, Tablet y videoconsolas. Cada año se va incrementado a causa del abaratamiento de su uso y la generalización de los smartphones en los últimos años. Y ya se puede hablar que la llegada de la pandemia está haciendo mella en estas adicciones.
El uso de la tecnología afecta más a menores y jóvenes, ya que están aún en una etapa de desarrollo evolutivo que les hace más vulnerables.
Una de las señales de alarma, es la necesidad de estar conectado constantemente, es de los síntomas más preocupantes que presentan las personas que padecen este problema. Se trata de una relación de dependencia que pasa por el miedo a no tener Wifi, datos de navegación o batería en los dispositivos electrónicos.
Otros síntomas como, necesidad de comprobar de forma compulsiva los mensajes de texto y chats, trastornos del sueño o ansiedad, incluso depresión o problemas para relacionarse y socializarse son señales de alarma que nos deben de preocupar a la hora de buscar ayuda.
Las tecnoadicciones se trata de nuevas patologías que todavía la comunidad científica está investigando, aunque la realidad es que se dan casos de jóvenes que tienen dificultades graves en sus vidas. Su abordaje está siendo uno de los retos prioritarios para la Sanidad Española, como también lo es para los sistemas educativos.
Unas pautas básicas para educar en casa seria, lo primero es dar ejemplo: desde pequeños los niños y niñas aprenden y hacen lo que ven. También retrasar la edad de inicio del uso de la tecnología y las pantallas es una buena medida y sobre todo conocer los juegos a los que juegan sus hijos/as.
En la adolescencia, los padres deben supervisar lo que usan en internet, explicar la importancia de la privacidad e identidad digital para que naveguen de modo seguro, y sobre todo indicarles que cualquier duda, preocupación o problema asociado a su uso, nos lo comuniquen. Negociar un tiempo máximo de juego, fomentar distintas fuentes de diversión y ocio, que los videojuegos y móviles no sean la única opción, planificar y organizar actividades de ocio no digitales y establecer normas claras y firmes, expresadas con amor, cariño y apoyo incondicional será la mejor forma de proteger a nuestros jóvenes.
COMPRAR A UN HIJO:
Una joven pareja entró en el mejor comercio de juguetes de la ciudad. Ambos se entretuvieron mirando los juguetes alineados en las estanterías. Había de todo tipo. No llegaban a decidirse. Se les acercó una dependienta muy simpática.
– Mira, le explicó la mujer a la dependienta. Tenemos una niña muy pequeña, pero estamos casi todo el día fuera de casa y, a veces, hasta de noche.
– Es una cría que apenas sonríe, continuó el hombre. Quisiéramos comprarle algo que la hiciera feliz, algo que le diera alegría aun cuando estuviera sola
– Lo siento, sonrió la dependienta con gentileza. ¡¡¡Pero aquí no vendemos padres ni madres!!!
“Nuestros hijos e hijas nos necesitan, el mayor regalo que le podemos hacer es nuestro TIEMPO”.
Si tienes cualquier problema relacionado con las adicciones, NO LO DUDES, solicita ayuda y busca orientación y asesoramiento profesional.
¡¡¡No esperes a que sea demasiado tarde!!! ¡¡¡Salva tu vida!!!
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